Mi nena ya está cansada de llorarpor los rincones. Por eso busca un rockeroque le regale flores y que la invite a vivir en un castillo de canciones. Pasó la noche y la Caro perdió de a poco el brillo; todo lo que había tomado la dejó sin apetito. Creyó que yo era un extraño y se enojó conmigo y se olvidó que juramos para siempre estar unidos. Montevideo, qué bien te veo, sobre tus aguas río. Mi nena está tan pasada que no cree en lo que digo. Le dije que estoy casado, que anoche no he dormidoy que no soy lo que espera,ni un rockero ni un marido que le diga: “Vámonos a dormir Carolina, que llegué hace dos días y mañana me voy.Tengo casa y tengo comida pero nadie me cuida ni me da el corazón.
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