¿Cómo estás? La noche no te hizo mejor que a mí... No estás para hablar, no estás para un día más, no estás para pedalear, ni siquiera imaginar.
-Yo estoy bien, anoche tomé un poquitito más de lo que suelo hacer, pero es que amaneció y en el cielo sus ojos vi, apuntando directo a mí.
[Caminando entre nubes voy por veredas de algodón. Ciego y redondo estoy, el día no me avisó.]
Me pasé, la gente miraba sin entender, me decían: vos no estás bien... Es que no tengo reloj, ni monedas para volver... y ni siquiera sé donde estoy!
El sol cayó y yo que seguía tirado ahí, sin poder encontrar al par de ojos negros en cielo gris de ese ángel que al sonreír, no hay tristeza cerca de mí.
Muy buen blog :D me gusta lo que escribes. Te sigo. Pasate por el mio. Gracias
ResponderEliminar