sábado, 21 de abril de 2012






Las nubes grises también forman parte del paisaje.

sábado, 4 de junio de 2011

Más de una vez vas a soñar conmigo...

Desde la postura del que dice de más y hace de menos; un volcan estalla cada tanto en mi. A modo de protesta te molesta que piense en ésta guerra de propaganda contra identidad.
Para la trampa un plan b: vos no querés ser así, por guita baila el mono y vos no tenes swing.
Y el miedo que te meten a vivir parece ya no tener vuelta atrás.
Un grano de arena nunca tapa el mar.
Metiendo la carnada están, sonríen con demencia cruel; te quieren vender el buzón… Que un libro no te deja más que una cumbiamba loca. Y vos mordés a todo trapo y lo peor es que no te das cuenta.
Propongamos no romper esta cadena siendo firmes al tratar con la conciencia.
La traición a un pueblo llama sentir pena, porque creo, y no exagero, eso es demencia. Hace el hombre honrado vista gorda, debe ser el bicho de mala aventura. 
¡Mundo loco si los hay!
Ni los del borda hacen las cosas que hace más de un cura.
Hasta en el cielo debe haber una que otra injusticia
me digo y sé que juego mal pero tampoco da el talón de tanta cotidianeidad, no puedo contra tu maldad. 
Y aunque yo sepa que el lado oscuro va a ganar, sabés con quien vas a pelear.
Mas de una vez  vas a soñar conmigo.

jueves, 31 de marzo de 2011

Roberto Fontanarrosa: Malas palabras.


No voy a lanzar ninguna teoría. Un congreso de la lengua es un ámbito apropiado para plantear preguntas y eso voy a hacer. La pregunta es por qué son malas las malas palabras. ¿Quién las define? ¿Son malas porque les pegan a las otras palabras? ¿Son de mala calidad porque se deterioran y se dejan de usar?
Tienen actitudes reñidas con la moral, obviamente. No sé quién las define como malas palabras. Tal vez al marginarlas las hemos derivado en palabras malas, ¿no es cierto?
Muchas de estas palabras tienen una intensidad, una fuerza, que difícilmente las haga intrascendentes. De todas maneras, algunas de las malas palabras --no es que haga una defensa quijotesca de las malas palabras--, algunas me gustan, igual que las palabras de uso natural.
Yo me acuerdo de que en mi casa mi vieja no decía muchas malas palabras, era correcta. Mi viejo era lo que se llama un mal hablado, que es una interesante definición. Como era un tipo que venía del deporte, entonces realmente se justificaba. También se lo llamaba boca sucia, una palabra un poco antigua pero que se puede seguir usando. Era otra época, indudablemente. Había unos primos míos que a veces iban a mi casa y me decían: “Vamos a jugar al tío Berto”. Entonces iban a una habitación y se encerraban a putear. Lo que era la falta de la televisión que había que caer en esos juegos ingenuos.
Ahora, yo digo, a veces nos preocupamos porque los jóvenes usan malas palabras. A mí eso no me preocupa, que mi hijo las diga. Lo que me preocuparía es que no tengan una capacidad de transmisión y de expresión, de grafismo al hablar. Como esos chicos que dicen: “Había un coso, que tenía un coso y acá le salía un coso más largo”. Y uno dice: “¡Qué cosa!”. Yo creo que estas malas palabras les sirven para expresarse, ¿los vamos a marginar, a cortar esa posibilidad? Afortunadamente, ellos no nos dan bola y hablan como les parece.
Pienso que las malas palabras brindan otros matices. Yo soy fundamentalmente dibujante, manejo mal el color pero sé que cuantos más matices tenga, uno más se puede defender para expresar o transmitir algo. Hay palabras de las denominadas malas palabras, que son irreemplazables: por sonoridad, por fuerza y por contextura física. No es lo mismo decir que una persona es tonta, a decir que es un pelotudo. Tonto puede incluir un problema de disminución neurológico, realmente agresivo. El secreto de la palabra “pelotudo”–que no sé si está en el Diccionario de Dudas-- está en la letra “t”. Analicémoslo. Anoten las maestras.
Hay una palabra maravillosa, que en otros países está exenta de culpa, que es la palabra “carajo”. Tengo entendido que el carajo es el lugar donde se ponía el vigía en lo alto de los mástiles de los barcos. Mandar a una persona al carajo era estrictamente eso. Acá apareció como mala palabra. Al punto de que se ha llegado al eufemismo de decir “caracho", que es de una debilidad y de una hipocresía… Cuando algún periódico dice “El senador fulano de tal envió a la m… a su par”, la triste función de esos puntos suspensivos merecería también una discusión en este congreso.
Hay otra palabra que quiero apuntar, que es la palabra “mierda”, que también es irreemplazable, cuyo secreto está en la “r”, que los cubanos pronuncian mucho más débil, y en eso está el gran problema que ha tenido el pueblo cubano, en la falta de posibilidad expresiva. Lo que yo pido es que atendamos esta condición terapéutica de las malas palabras. Lo que pido es una amnistía para las malas palabras, vivamos una Navidad sin malas palabras e integrémoslas al lenguaje porque las vamos a necesitar...

domingo, 13 de marzo de 2011


¿Cómo estás? La noche no te hizo mejor que a mí... No estás para hablar, no estás para un día más, no estás para pedalear, ni siquiera imaginar.
-Yo estoy bien, anoche tomé un poquitito más de lo que suelo hacer, pero es que amaneció y en el cielo sus ojos vi, apuntando directo a mí.
[Caminando entre nubes voy por veredas de algodón. Ciego y redondo estoy, el día no me avisó.]
Me pasé, la gente miraba sin entender, me decían: vos no estás bien... Es que no tengo reloj, ni monedas para volver... y ni siquiera sé donde estoy!
El sol cayó y yo que seguía tirado ahí, sin poder encontrar al par de ojos negros en cielo gris de ese ángel que al sonreír, no hay tristeza cerca de mí.

martes, 1 de marzo de 2011


Si tuviera que explicar no puedo hacerlo.
¿Valdrán las horas por mi eterna gratitud? Como la luz atravesando el horizonte; Sos la razón, llevas la fuerza y yo la cruz.
Es que sin vos a mi canción le falta el alma, hoy deje una vida por sentir tu voz.
Veo en tus ojos y me cargo de energía, la banda estalla, no me va a dejar caer. Y la ciudad que nunca entiende nada de eso: cuando se siente no hace falta entender.

martes, 4 de enero de 2011


Quién puede apagar eso que al bailar descontrola tus caderas.




Quién puede domar la fuerza del mar
que se mete por tus venas,
lo caliente del sol que se te metió
y no te deja quieta nena.

Quién puede parar eso que al bailar
descontrola tus caderas
y ese fuego que quema por dentro
y lento te convierte en fiera.

La mano arriba, cintura sola.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Para mí todo funciona por la confianza. La gente sigue las indicaciones de un médico, porque confía en la ciencia y en ese médico. La gente vive y duerme tranquila en su casa, porque confía en el arquitecto que la hizo. La gente se sube a un avión, porque confía en los ingenieros que lo hicieron y en el piloto que lo maneja.

Cualquier proyecto de dos o más personas se basa en la confianza que tenemos en los demás. El amor se basa en la confianza. Todo es una cuestión de confianza.

Todos somos desconfiados, por naturaleza, es nuestra manera de protegernos. Hay que ser suave para ganarte la confianza de alguien, suave y paciente.

La confianza se hace de a dos. Es tan difícil construir la confianza, y es tan fácil perderla.

martes, 16 de noviembre de 2010


Y me solté el cabello,
me vestí de reina,
me puse tacones, me pinte y era bella.
Y camine hacia la puerta te escuche gritarme
pero tus cadenas ya no pueden pararme...
Y mire la noche y ya no era oscura era de lentejuelas...
Hay batallas 
que ganar!

miércoles, 27 de octubre de 2010

Quiero ver si la suerte me va a acompañar de una puta vez o si es un mito más.
tanto tiempo y todo
para vos!
Siento mariposas, puedo jurar que las tengo adentro.

miércoles, 13 de octubre de 2010

DESPUÉS DE LA CAÍDA

Cuando pienso en el pasado, el Jardín me parece un sueño. Era hermoso, de una hermosura insuperable, encantadora y, ahora, se ha perdido, y no lo veré nunca más.
He perdido el Jardín, pero lo he encontrado a él y estoy contenta. Me ama tanto como puede; yo lo amo con toda la fuerza de mi naturaleza apasionada y esto, creo, es lo propio de mi edad y de mi sexo. Si me pregunto por qué lo amo, me doy cuenta de que no lo sé y, realmente, no me importa demasiado saberlo; por eso, supongo que esta clase de amor no es un producto de la razón y de las estadísticas, como el amor que se siente por otros reptiles y animales. Creo que así debe ser. Amo a ciertos pájaros por su canto; pero no amo a Adán por la manera en que canta, no, no es eso; cuanto más canta menos me resigno. Sin embargo, fui yo la que le pidió que cantara, porque quiero aprender a gustar de todo lo que le interesa. Estoy segura de que puedo aprender porque, al principio, no podía soportar su canto, pero ahora puedo. Es capaz de cortar la leche, pero no importa, puedo acostumbrarme a la leche cortada.
No es a causa de su inteligencia que lo amo; no, no es eso. No hay que culparlo por el estado de su inteligencia, porque él no se hizo a sí mismo; él es como Dios lo hizo y eso es bastante. Hubo un propósito sabio en ello, eso lo sé. De a poco se irá develando, aunque creo que no será repentino; además no hay apuro, está bastante bien tal como es. 
No es por sus modales graciosos y considerados ni por su delicadeza que lo amo. No, tiene defectos en la materia, pero está bastante bien así y está mejorando.
No es por su laboriosidad que lo amo; no, no es eso. Creo que la lleva adentro, pero no sé por qué me la oculta. Es mi única pena. En lo demás, es franco y comunicativo conmigo, ahora. Estoy segura de que no me oculta nada, excepto eso. Me apena que guarde secretos conmigo y a veces pensar en eso arruina mi sueño, pero lo alejaré de mi mente; no va a turbar mi felicidad que, por otra parte, está colmada.
No es por su educación que lo amo; no, no es eso. Me ha lastimado, pero no lo culpo. Es una peculiaridad de su sexo, pienso, y él no hizo su sexo. Por supuesto que yo no lo hubiese lastimado, antes muerta; pero eso también es una peculiaridad de mi sexo de la que no voy a sacar ventaja, porque yo no hice mi sexo.
Entonces, ¿por qué es que lo amo? Sencillamente porque es masculino, pienso.
En el fondo es bueno, y lo amor por eso, pero podría amarlo aun cuando no lo fuera. Si me golpeara y abusara de mí, seguiría amándolo. Lo sé. Es una cuestión de mi sexo, pienso. 
Es fuerte y apuesto, y lo amo por eso, y lo admiro y estoy orgullosa de él, pero podría amarlo sin esas cualidades. Si fuese simple, lo amaría; si estuviese estropeado, lo amaría; y trabajaría por él, y sería esclava por él, y rogaría por él, y velaría junto a su cama hasta morir.
Sí, pienso que lo amo simplemente porque es mío y es masculino. No hay otra razón, supongo. Y por eso pienso que es como dije al principio: que esta clase de amor no es el resultado de la razón y de las estadísticas. Sólo llega -nadie sabe de dónde- y no se puede explicar. Y no necesita serlo.
Eso es lo que pienso. Pero sólo soy una chica, y la primera que ha analizado la cuestión, y puede ser que, en mi ignorancia e inexperiencia, no lo haya hecho bien.
Esto era la felicidad perfecta; había conocido antes la felicidad, pero no era como esto, puro éxtasis. Nunca volví a dudar de ella.
Jueves. Mi primera pena. Ayer me evitó y parecía desear que no lo hablase. No podía creerlo y pensé que había algún error, porque a mi me gusta estar con él y escucharlo hablar, y si es así, ¿cómo podría ser que él se mostrase poco amable conmigo si yo no le había hecho nada? Pero, al final, resultó ser así, y, por eso, yo me fui a sentar sola al lugar donde lo vi por primera vez la mañana en que fuimos hechos y yo no sabía qué era él, y me resultaba indiferente; pero ahora ese era un lugar lúgubre, y casa pequeña cosa hablaba de él, y mi corazón estaba muy lastimado. No sabía el porqué con claridad, porque era  un sentimiento nuevo;no lo había experimentado antes, y era todo un misterio, y no podía entenderlo.
Después de todos estos años me doy cuenta de que estaba equivocado respecto a Eva al principio: es mejor vivir fuera del Jardín con ella que dentro sin ella. Al principio, creía que hablaba demsiado, pero ahora me entristesería que esa voz se silenciara y desapareciese de mi vida. ¡Bendita sea la castaña que nos unió y me enseñó a conocer la bondad de su corazón y la dulsura de su espíritu!

lunes, 13 de septiembre de 2010

Cada beso de esos que me das, cada vez que pides más y más, cada frase sin censura, complice de mi locura...

domingo, 12 de septiembre de 2010


Quiero disfrutar de hoy tenerte.